lunes, 1 de octubre de 2012

Inauguración Cría y muestra "El valle del reposo"

inaugura el viernes 5 de octubre a las 19hs. en CRIA, Guatemala 5657 , CABA (Palermo)

Hasta que los más pequeños, cansados,
ya no pueden reír más;
desciende el sol,
y vuestra diversión termina.
En torno al regazo de sus madres
muchas hermanas y hermanos,
como aves en el nido,
se disponen al descanso;
y ya no hay más diversiones
en el prado oscurecido.

William Blake

Cristian López Rey es un pintor, y esta no es ninguna revelación al mirar sus cuadros; pero
no me refiero a su destreza en el manejo de la técnica al óleo, talento que abunda en su
producción, sino a su creencia en la pintura.
El procedimiento es simple: copiar y pegar, y para esto se vale de la historia de la pintura como
su fuente primera, en ella sus elecciones son arbitrarias: la Hermandad Prerrafaelista y el pintor
rococó Francois Boucher. Cristian recrea sus cuadros y sobre ellos copia y pega imágenes
provenientes de diferentes ámbitos: gráfica, publicidad, cuentos infantiles, videoclips, dibujos
animados, personajes populares, y a modo de novela atiborra de narrativa su pintura, donde
cada pequeño detalle desata una historia. Una puritana monja enviciada. Jesús crucificado
con lucecitas de navidad. Evita muerta y flotando como Ofelia en un paisaje de villa miseria.
La preocupación del artista se vuelve entonces acto de redención frente a la representación
y la mímesis, y nosotros espectadores, quedamos sumergidos en la alternancia de figuras
y épocas; aquí es donde comienzo a sospechar que la intención en Cristian se encuentra
lejos de ser una cita a la historia, lejos también de ser mera copia de íconos publicitarios y
sociales, conviviendo caprichosamente en la composición del cuadro al tiempo que develan
innumerables significaciones. La mirada impone un tiempo seducida por el uso del color y la
materia en paletas impecables de suave apariencia y pinceladas aterciopeladas que van y
vienen, modelando contornos en luz y sombra con la convicción propia de quien da vida.
Los prerrafaelistas sostenían que el arte había errado el rumbo y su misión por tanto era volver
a la edad de la fe, a la época en que los artistas copiaban la naturaleza pensando en la mayor
gloria de dios, trabajando así el detalle lenta y minuciosamente, como si de ello dependiera la
espiritualidad del mundo.
El encanto, o hechizo tal vez en las pinturas de Cristian, da cuenta de su fe, su creencia,
que reposa apacible en la capacidad de la pintura como evocación de un mundo mucho más
perfectamente visible que el real.

Gilda Picabea
Septiembre 2012


Pinturas