jueves, 25 de marzo de 2010


Camino a Hamelin es un recorrido por diferentes iconografías que al ser descontextualizadas, revelan un contenido denso. Los dobles sentidos, no menos verdaderos, invitan a resignificar aquellas imágenes que componen nuestra vida cotidiana.
Las obras tejen entramados que mezclan pasajes bíblicos, literatura infantil, mitos eróticos e imágenes publicitarias de la sociedad de consumo. el resultado del escenario construido va más allá de un absurdo en donde nada tiene que ver con nada. Cada pincelada se convierte en una denuncia de la violencia contenida en las iconografías que nos rodean y que digerimos a diario, casi sin darnos cuenta. Los personajes que conviven en los lienzos interactúan anacrónicamente, recreando una atmosfera amigable pero tensa, que oscila entre lo sacro y lo bizarro. El paisaje pasa a tornase tan abrumador como reconocible.





Pinturas